domingo, 14 de marzo de 2010

El autobús-terremoto

Está siendo un invierno largo...
Lo que en España se suele padecer durante mes y medio más o menos, aquí en Japón, llevamos desde finales de noviembre hasta mediados de marzo de frío. En total casi 4 meses. Y no sé si se puede dar por cerrado ya el invierno. Habrá que esperar un poco.
Espero que como dicen "Fito y Fitipaldis´ en la canción "Soldadito marinero": "Después de un invierno malo, una larga primavera...", y podamos tener un verano corto.
A 50 metros de donde vivo está la Iglesia Católica, y ayer se esperaba la visita del "autobús terremoto". Este autobús es como una unidad médica móvil itinerante. Se dedican a dar charlas de como actuar ante un terremoto. Dan explicaciones informativas, dan galletas de emergencia ante la falta de alimentos y me regalaron un bolígrafo.
Yo apenas tenía tiempo, pero me acerqué porque quería experimentar el simulacro de terremoto en el autobús. En el autocar se simula una habitación, con una ventana, cuatro sillas y una mesa, todo ellos abierto al exterior lateral del vehículo. Tras la indicaciones de donde debía sentarme, comenzó el traqueteo del vehículo. En una pantalla iba indicando la escala del terremoto simulado. Hasta la escala 4 era un balanceo simpático. Las escalas 5 y 6 ya tenía que cogerme de la mesa. Y la escala 7 tenía que cogerme con las dos manos y era muy difícil mantenerse sentado en la silla. Había que hacer mucha fuerza para no caerse. Se simularon terremotos en intensidad y duración como el de Kobe de 1995 y como el de Haití, recientemente.
Yo siempre había dicho que quería experimentar un terremoto real fuerte, pero después de ver como podría ser, ya yo me hace tanta gracia. Si me ocurriera estando acostado en mi futón, en mi habitación de estilo japonés que no tiene muebles, quizá sí. Pero en otras circunstancias... no, gracias.
Casualmente, 1 hora después de mi experiencia virtual, hubo un terremoto real de intensidad 6.6 en la escala de Richter en el norte de Japón, en la región de Fukushima. Parece que no ha habido daños importantes por fortuna.
Aquí, en esta zona central de Japón, se espera el "Tokai" que es un terremoto que ocurre cada 110 años (+/-33 años). El último gran terremoto ocurrió en los últimos años del Periodo Edo en 1854. Y eso hace 155 años, por lo que la probalidad de que ocurra ese gran terremoto parece más que alta. La población japonesa vive sabiendo que las catástrofes naturales les visitan periódicamente y están "acostumbrados" a rehacerse y resurgir después de un gran terremoto, tifón, Tsunami. La periodicidad de dicho terremoto se debe al desplazamiento de de las tres grandes placas tectónicas o fallas llamadas placa Euroasiática, la placa Filipina y la placa Norteamerica (falla de San Andrés) que casualmente confluyen en un mismo punto a escasos 200 Km de aquí, en la región de Shizuoka.
Esperemos que el día que ocurra nos pille confesados, y acostados.

2 comentarios:

  1. No sé si has leido el blog de Juan, pero los dos comenzais vuestro último post maldiciendo el inverno.
    ¿Curiosa coincidencia?

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  2. Xavi, no cregues! que ací enguany ha fet un fred de collons!

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